Oímos el blanco del infinito



Oímos el Blanco del infinito es una obra-performance para dos voces femeninas y visuales. Esta pieza es abierta, ya que su partitura es gráfica y toma como base e inspiración la grafía de la poesía sonora. Se busca representar -por medio de las performers- la dualidad de diversos elementos, que es planteada por diferentes pensamientos y que dan sentido a lo existente: ying-yang, luz-oscuridad, masculino-femenino. El trabajo busca igualmente explorar la creación desde la colectividad, ya que dentro de su desarrollo cada participante aportó ideas para su creación y consumación. Se buscó, además, que la vocalidad -como instrumento primigenio- narre una historia desde el origen del mundo hasta su final: pasando por las civilizaciones y sus respectivas caídas, así como por el grito originario de un recién nacido y la última exhalación de un anciano al morir. Pasando por la articulación de los primeros sonidos humanos, como civilización y como individuos, desde balbuceos hasta las palabras más articuladas. Se ha sonorizado la creación de un cadáver exquisito en dos partes, que ha sido realizado a la distancia por las integrantes del equipo a través de WhatsApp. Dicho cadáver ha tenido como eje este principio de representar al multiverso desde diferentes perspectivas filosóficas y místicas. 


Autores:

Macarena Cebrián (Chile), Gabriela Gómez (México), Sahara González (Panamá), Gabriela Maravilla (México)


Disciplina o técnica:

Performance


Fecha de realización:

2021


Asignatura:

Estética de la Emergencia